Las Chicas del Cable | Reseña del primer episodio
Esta no es una crítica común, pues no soy imparcial. El primer episodio de Las Chicas del Cable me ha parecido algo magnífico; representa en gran medida todo aquello por lo que siento auténtico desprecio (en cuanto a series de televisión se refiere).
Merlí es la única serie que he visto de inicio a fin en español castellano (bueno, ya terminé la segunda temporada y pronto veré la tercera). La serie es de Cataluña y todos los personajes en su idioma original hablan catalán, pero ya me entienden. La vi doblada al español de España. Y en mi opinión, la peor calificación que se le puede dar a Merlí es un 9. Algunos montajes donde se les da por bailar y hacer locuras a los personajes me parecieron un poco sosos, entre otros detalles de mediano peso, pero en general los creadores se han montado un espléndido drama.
No sería justo comparar las dos temporadas que he visto de Merlí con el episodio que he visto de Las
Chicas del Cable. Pero lo que sí puede decirse es que el primer episodio de Merlí logró intrigarme e incomodarme; sí, incomodarme, pero de una manera positiva. El personaje principal, Merlí, está tan bien definido que parece existir más allá de los bordes de la pantalla. No como las Chicas del Cable. Ya verán a qué me refiero.
Reseña
El buen drama de Merlí surgía de un evento que tomaba su tiempo para mostrarnos los conflictos. Pero en este primer episodio de las Chicas del Cable se han esmerado en presentarnos ya dichos "conflictos", que sin un fondo donde hayamos participado se sienten completamente inventados. Nada orgánicos.
Por ejemplo. Nos exponen la vida que ha llevado la chica Miedosa. Se nos dice al espectador que en el pasado se ha sacrificado por su familia, y ahora le toca a ella salir al mundo a vivir, “y no quedarse para siempre a cuidar a una anciana”. Es algo que no nos hace sentir nada porque no conocemos a la chica en absoluto. Este fue un problema general, no sólo con la chica Miedosa. Lo que debimos descubrir poco a poco se nos presenta de una forma acelerada, sin tiempo para construirnos un interés en estos personajes. Cosa que Merlí, por ejemplo, hace absolutamente bien. Lo que debió suceder en este primer episodio fue darnos pequeños indicios de la vida que dejó atrás, no plenas explicaciones.
Justo así comienza el episodio, intentando darnos un trasfondo histórico. Como si no existieran las mujeres que usan burkas hoy en día. Sí, Madrid es muy diferente en la actualidad. Esa es la idea de la voz en off. Pero en mi opinión —ojalá no me lapiden por esto—, cualquier país que permite a las mujeres salir de noche a beber entre ellas, es ya un país muy civilizado, como vemos hacer a las protagonistas en una escena.
Mucho de mi aborrecimiento con la serie fue el poco cuidado con las sutilezas. La primera escena de todas, donde 2 amigas huyen, ¡y de repente! aparece el marido. Muchas cosas en esta serie parecen suceder “de repente”.
La amiga de la esposa hace una estupidez y logra que el marido asesine a su mujer. Entonces se vuelve ladrona para un policía corrupto ¿?
Todo en menos de 5 minutos. O así se siente. Demasiado arrojado, un trasfondo ridículo para empezar “la verdadera historia”.
En mi opinión, la historia debió empezar sin todo ese drama absurdo. Debió empezar con la escena donde vemos a la protagonista (la amiga de la asesinada) robar la oportunidad de trabajo a una mujer y haciéndose pasar por ella. Eso sería un personaje muy intrigante, ¿por qué hace eso? ¿qué pasa? El no saberlo nos mantendría pegados a la televisión. Así se va creando una serie, poco a poco. Pero nos entregaron todo aventado.
Otra negativa muy fuerte es el punto donde esta serie se vuelve demasiado didáctica para ser artística. No es deber del novelista/director enseñar, sino mostrar (esta serie fue escrita por 4 personas). Puedo ver cómo surgió la idea para esta serie. En una mesa redonda se sentaron y dijeron: ¿Y si hacemos una serie ambientada en los años 20 donde ponemos a mujeres en situaciones difíciles porque en la época no podían hacer tal o cual cosa? Y así todas las mujeres no son más que marionetas de la trama, creadas y puestas para representar un problema específico “de aquellos días”.
Como se dice, “demasiado didáctico para ser artístico”.
Y 10 años en el futuro el novio del tren es ahora, por supuesto, un gerente o no sé qué importante en la empresa de teléfonos. Se ven cara a cara, pero él no la reconoce. Ninguna cicatriz deformaba su rostro, o un velo tapaba sus ojos, ni fingió una voz más grave. Que no la reconociera al instante, analizándolo, queda raro, y la serie se excusa haciendo que el hijo del jefe de la compañía le diga al novio “En 10 años la gente puede cambiar mucho”. Pero claro.
Otra escena ridícula de la chica Miedosa es cuando le roban el bolso. Todo es tan de repente. Le roban el bolso, le salvan el bolso, ¡bien! No hay problema allí. Lo que me parece ridículo fue que, el héroe, al ofrecérselo devuelta, la chica se queda catatónica, como si fuera de otro planeta. Su trauma no me lo creo, ¿y cómo podría? No la conozco para nada. Desde la perspectiva del espectador se trató de una sobre reacción ridícula, fuera de tono y de la realidad. No era un momento cómico, pero me reí.
El final conveniente del episodio me hace pensar en el público al que se dirige esta serie. Es una declaración de intenciones la forma en cómo nos han presentado la información, y en base a ello podemos suponer el tono general de la serie. Así, como no he encontrado en todo el capítulo una escena que me parezca arriesgada, y el final ha sido tan meloso-dramático y conveniente, estoy convencido de que no hallaré nada qué apreciar en futuros episodios.
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