Mi sueño de viaje en el tiempo.

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Nunca es genial dormirse por la tarde. Aún así lo
hago de vez en cuando (últimamente muy seguido).
Nunca es buena idea dormir por la tarde si se quiere dormir a más tardar a las 11.
Pero lo hice y no podría estar más feliz.

He tenido un complejo sueño y por fortuna lo recuerdo casi todo.
Fue un sueño para recordar, un sueño de esos que iluminan y otorgan fabulosas ideas.

Oh si. Anhelaba esta experiencia. Tiene tiempo que no sueño algo —tan— fuera de lo común (y la última vez que me sucedió ¡no lo redacté! ... condenado al olvido, por supuesto. Ya no lo recuerdo).

Me he levantado hace menos de una hora. Todo sigue fresco.
Entonces, he aquí mi sueño:

Iba caminado por una calle sin personas. Me pareció que las cosas a mi alrededor cambiaban. Empecé a correr tan rápido que todo se volvió borroso, y al detenerme, estaba en otra época.

No tenía idea del año al que había llegado pero quería encontrar a mis padres (de ser posible). Miré los alrededores: Estaba cerca de mi casa. Lo sé porque al caminar un poco me topé con la heladería de la sexta avenida. Hoy en día vivo entre la quinta y la sexta.

Era de noche y en aquel puesto estaba mi abuelo. Ahora que estoy despierto lamento no haber fijado mejor mi atención en su apariencia. Sé que lo “imaginé” más joven, pero no recuerdo bien sus rasgos.

Iba pensando en qué excusa tendría yo para acercarme a mi mamá. Le pregunté a mi abuelo “¿Dónde está Coty?”. Tal vez pensaría de mí que se trataba de un amigo. Él tenía una charla con el vendedor, y,  apenas me vio, me señaló los otros puestos a la izquierda.

A dos puestos a la izquierda estaba mi mamá. La veía muy joven. No sabría decir con exactitud qué edad tendría pero calculo que entre 15 y 20 años. Ni siquiera recuerdo si yo tenía mi edad actual (20 años).

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Dentro del sueño jamás pensé en la película
¡Y soy Fan!
Cuando la vi se me ocurrió una excusa sumamente estúpida para hablar con ella. Incluso en el propio sueño recordé a Los Simpson. Mis razones fueron algo que Homero habría dicho. Le dije más o menos: “Juan Carlos (mi papá) no pudo venir, se quedó haciendo un trabajo en mi casa pero me pidió que te diera esto” y saqué 2 monedas que le entregué.
No se de dónde saqué las monedas pero ella pareció aceptarlas sin más y no hizo preguntas.

Mis papás se conocen desde los 13 años, así que asumí muchas cosas. Asumí que ya eran novios y que mi papá no estaba cerca. Todo iba bien.

Ahora, no recuerdo cómo, si fue al día siguiente o simplemente cambié de escenario, pues no recuerdo la trayectoria hacia la casa de mi abuelo. No sé cómo llegué allí o cuál fue la razón para dejarme pasar.
Tal vez ni siquiera era de noche, tal vez sólo estaba nublado.

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La cámara de Mi hermana, dsc h200v
Pero bueno. Estaba en casa de mi abuelo; mi mamá y yo en la cocina. Tenía en las manos una cámara fotográfica, la misma que le compraron a mi hermana Karla hace dos meses. Me moría por tomarme una foto con mi mamá como prueba de mi viaje (no tengo idea de cómo planeaba regresar para enseñarla pero... sí, muy raro todo). Y eso me fue imposible.

Traté de todo ¡De todo! Primero una “Autofoto”[*Nota de Juan Carlos del Futuro: Vaya, ¡En 2012 aún no se le decían selfies!]; le dije de excusa (¡tonta otra vez!) que mi papá (Juan Carlos) quería una prueba de que había recibido el dinero (las dos monedas). Así que le dije que nos tomáramos una foto. Estiré el brazo con la cámara en mi mano para tomarla pero siempre salía chueca, tan chueca que no salíamos los dos. Me tomé muchas "autofotos" y empecé a sentirme incómodo por fallarla tanto.

Entonces una niña pequeña (de unos séis años, tal vez) se apareció en la cocina y sin más le pedí si podía ella tomárnosla. Ella aceptó. Rápido le entregué la cámara y nos pusimos juntos mi mamá y yo para salir bien. Disparó la foto pero ¡tampoco resultaba!

Empezó a ponerse todo muy raro. Me llegó una idea. No existía vídeo digital en HD en esa época.
Eso mismo pensé, así, tal cual: “No existe vídeo en hd en esta época. Si grabo en 1080p y ven que el vídeo es legítimo, sin haber pasado por convertidores, sin modificar la meta-data, bueno ¡cualquier prueba será suficiente!”.

Es interesante que haya pensado en la meta-data del vídeo. Se me hace muy inusual.

Me sentía a punto de hacer historia.
La cámara de mi hermana grababa buen vídeo 1080p a 60 cuadros por segundo. Tiene un botón grande y rojo para iniciar una grabación en cualquier momento. Después de haber llegado a la conclusión de que era lo mejor que podía hacer, lo apreté con mucha emoción.

NO FUNCIONÓ. La paranoia. Empecé a sentir una especie de paranoia. El botón no cumplía su promesa, no realizaba su función. No iniciaba grabación y mi miedo, estrés y decepción parecían juntarse, bailaban como indios a mi alrededor y yo era una simple víctima, sin esperanza, sin absolución, sin nadie a quién recurrir.

No podía ser.
Lo intenté de todo, incluso fotos ya sin mí, ya no más autofotos. Le disparaba a mi madre con la cámara, una tras otra, ráfaga tras ráfaga. Ella no salía o simplemente la maldita cámara no hacía nada. Entendí entonces que debía existir una razón más grande que yo que me lo impedía. Entonces dejé de intentarlo.

En este momento, despierto y consciente, me pregunto ¿Quién era esa niña de séis años? Sólo puede ser la hermana más chica de mi mamá, mi tía Alicia, la única que coincidiría con la edad.
El subconsciente da miedo.

Mientras, aún desesperado, intentaba en vano agarrar alguna prueba con la cámara (antes de darme por vencido, pues), mi abuelo entró a la cocina, se acomodó en las sillas del comedor y comenzó a dialogar con mi mamá sobre multitud de cosas... ¿O fue con mi abuela?
Casi nada recuerdo de la plática entre ellos, era más un sonido de fondo, que seguro habría tenido sentido si hubiera puesto atención. Pero algo de esa plática fue sobre dinero. Habló de alguien que le debía una suma y luego habló de mi tía Beca, que al parecer le debía dinero también desde hacía tiempo. Por su forma de hablar asumí que le era importante. Mencionó Canadá e imaginé que mi tía debió realizar algún viaje o algo así.

Recuerdo haberme paseado con la cámara muy cerca de mi abuelo y éste la miró con curiosidad, pero no preguntó nunca nada. Y yo pensaba «seguro luce muy distinta a cualquiera de las que hallan visto o estén por ver». Aún así ni mi mamá lo mencionó.
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Esta es de los 80s
Tampoco eran tan distintas...

Cuando decidí irme de la casa de mi abuelo, solamente grité adiós y salí por la puerta de la cocina (que lleva a la calle). Todos: Mi abuelo, mi mamá y mi tía Alicia gritaron devuelta —adiós—. Mi abuelo también salió a la calle, aunque sin razón aparente.

Vi los terrenos, los alrededores de la casa de mi mamá. Todo se veía tranquilo y limpio. Despejado. Mi abuelo se acercaba a mí pero sin intención de hablarme. Entonces me animé a preguntarle algo yo. Aunque no tenga mucho sentido, dije: ¿Usted cree en viajes en el tiempo?

“No, qué cosas” (de hecho no dijo eso... fue más grosero. ¡Mi abuelo es grosero! no porque esté enojado. Así habla él.) Me reí y le enseñé mi reloj de pulsera. Marcaba una fecha futura para mi abuelo.
Me inquietó al despertar que dicho reloj no marcara 2012, [año en que tuve este sueño y que se suponía debía ser mi presente]. En su lugar, mi abuelo y yo vimos otra fecha. El reloj decía 2014. ¿Por qué? No tengo idea.

No puedo recordar qué dijo mi abuelo al respecto. Creo que no estaba convencido. Entonces, caminando con él le dije "Beca no le va a pagar nunca, ¿lo sabe, no?" Y me dijo que sí lo sabía, en un tono resignado, incluso melancólico.

Entonces el sueño se puso aún más extraño (de ser posible). Llegué al final de la calle y en la esquina, sin aviso, regresé a mi tiempo. Como si me estuvieran esperando, allí estaba el auto que conduce mi hermana, que un año atrás era el auto familiar. Lo iba conduciendo mi papá, y mi mamá iba en él también.
Estaba de vuelta en el presente, definitivamente.

Podría catalogar todo el suceso hasta ahora como la mitad del sueño. Lo que siguió lo resumiré en pocas líneas. No hay mucho que contar.

Me empiezo a desligar de lo que fue el viaje en el tiempo y me vuelvo pasajero en el auto familiar que conducía mi papá.
Íbamos hacia la carretera.
Esperábamos entrar a una ruta, queríamos doblar a la izquierda, pero los autos pasaban rápido y no dejaban de llegar. Pasamos mucho tiempo así, esperando.
Recuerdo relámpagos visuales de autos yendo a toda velocidad. Seguían impidiéndonos avanzar por la izquierda. Sentía mucha adrenalina porque en cualquier momento daríamos vuelta. Estábamos atentos a cualquier oportunidad. Vimos cosas extrañas, como un auto que iba en reversa. Maldito desquiciado. Todos opinamos sobre el evento.

Mi papá por fin aceleró para dar la vuelta, y pensé que no lo lograríamos. Justo al acelerar, un auto se aproximó.
Pero sí lo logramos.
En el sueño mi corazón se estabilizó. Dejó de bombear sangre como un demente y llegamos a una ancha carretera. Mas de 10 carriles.
Casi no recuerdo esa parte.

Siempre quise soñar con un viaje en el tiempo. Me encanta Volver al Futuro. La idea de viajar por el tiempo al caminar es bastante simple pero curioso. ¿Qué lo causó? Su encanto reside en el misterio.

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